2021 es un año complejo para cualquier persona u organización, la incertidumbre normativa, de movilidad y de acción habitual nos ha cambiado sustancialmente. La universidad chilena no escapa tampoco al “Efecto Covid19”. Pero apartando este importante detalle situacional. ¿Qué posición ocupa la universidad chilena en Latinoamérica? ¿Su calidad es tan buena como se divulga? Y lo más importante, ¿Tienen estas organizaciones educativas la capacidad de respuesta para impulsar una mejora comparativa con respecto a universidades del subcontinente o a nivel mundial?
Un breve estudio del perfil top20, es decir las mejores 20 universidades de Chile, reveló que del ranking 2020 al 2021 en un año de medición la universidad chilena en su conjunto hace el mismo esfuerzo para mantenerse en el mismo lugar del ranking (CSIC, 2021 – versión 1). Chile como país NO tiene universidades en el top 100 mundial y solo cuenta con 3 de sus 133 universidades en el top 1000 mundial, este selecto grupo son la Universidad de Chile, la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Universidad de Concepción, instituciones quienes además exhiben mejoras en sus propios posicionamientos respecto al año anterior. Esta es la universidad necesaria, la que se supera a sí misma. Desde la Fundación Latinoamericana para el Posicionamiento y Sostenibilidad Universitaria (FunLaPoS) le felicitamos y reconocemos el esfuerzo de excelencia que están haciendo estas instituciones para apuntalar su excelencia.
Pero y ¿qué está ocurriendo con las otras 130 universidades e instituciones de educación universitaria? ¿Están mejorando sus números? Lamentablemente la respuesta es no. De hecho están conteniendo el neutralizado esfuerzo de las universidades top chilenas.
En este comparativo (benchmarking) top 20, Chile ocupó la cuarta posición latinoamericana con un promedio de 1609, es decir que el promedio de posicionamiento de las primeras 20 universidades chilenas es equivalente al puesto 1609 a nivel mundial, este valor quedó por detrás de Argentina con 457, Brasil con 594 y México con 1459. Ciertamente este es un valor estadístico que brinda un panorama de la gestión universitaria en su conjunto, un termómetro que mide niveles malos, menos malos y pésimos. Pues si bien es cierto es importante compararnos en la región, parecernos a Argentina o Brasil no puede ser una meta. La meta es competir por los mejores 100 puestos. ¿Imposible? Claro que no.
Hay que empezar a mirar fuera de la caja, es importante el esfuerzo individual de mejorar los números propios de cada institución, pero también es más necesario todos en conjunto dar un paso adelante. Y el esfuerzo empieza con cada docente como unidad mínima de la gestión investigación en cada organización y a su vez esa organización brindando más y mejores espacios para la divulgación de la producción científico-académica, darle valor a lo que el docente hace en su día a día y no solo con dotación, presupuesto o infraestructura, sino también con el necesario reconocimiento de la labor cumplida y el estímulo para producir más y mejor academia.
Es importante lo que se ha hecho hasta ahora, pero toca reflexionar ¿dónde está ese posicionamiento en éste momento y donde quieres que esté?
Actualmente desde FunLaPoS estamos en “campaña chilena” por redes profesionales, contactando a docentes y autoridades ofreciéndoles un producto denominado “Benchmarking Académico 2021”, en el cual aportamos información y estrategias propias de cada universidad para empezar a motorizar su posicionamiento hacia mejores lugares. Estas estrategias son individuales (personalizado para cada profesor) y colectivas para ser impulsadas a corto, mediano y largo plazo por las autoridades universitarias y demás órganos de cogobierno.
Ante nuestra oferta nos hemos encontrado con dos tipos de actitudes del académico chileno. Una que nos sorprende cada día por la acogida y aceptación del producto y la otra donde la indiferencia marca tendencia. Para la primera actitud favorecemos la reflexión y la acción respondiendo SI a la pregunta del título de este post, pues la mejora del posicionamiento es corresponsabilidad de todos los docentes y directivos remando en la misma dirección. Pero con la segunda actitud, solo nos queda dejar los caminos abiertos para que en el futuro despierten-reaccionen y se conviertan en actores activos de la universidad chilena necesaria.
Si deseas más información puedes contactarme por la red de Linkedin. El posicionamiento universitario empieza contigo. Gracias por leer y compartir este post.

